Primeros años y formación

Enrique Ruelas Espinosa nació en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, el 20 de octubre de 1913. Su vocación artística se manifestó desde sus primeros años. Concluidos sus estudios de bachillerato en Pachuca, se mudó a la Ciudad de México para estudiar Derecho. No obstante, pasó todo ese tiempo en la vida cultural, en los teatros y carpas de la Ciudad de México, perdiendo así todo el año escolar. Como castigo, fue enviado por sus padres a Guanajuato a estudiar la carrera de Derecho, en el año de 1936. Durante su tiempo como estudiante en esa ciudad organizó un grupo de teatro con sus compañero y amigos. En 1938 y 1940 presentó El cuatrigémino, El verdugo de Sevilla, Morena clara y No basta ser madre.

Al terminar sus estudios, en 1941, regresó a la Ciudad de México. Poco tiempo después, él y Fernando Wagner propusieron al Director de la Escuela Nacional Preparatoria, dar clases de actuación y práctica teatral. La propuesta fue aceptada y en 1942 iniciaron los primeros cursos. Como fruto de esas clases, se presentó en ese año en el Palacio de Bellas Artes A ninguna de las tres, de Fernando Calderón y al año siguiente Contigo pan y cebolla, de Manuel Eduardo de Gorostiza.

Inicios en la enseñanza teatral

En 1944 Julio Jiménez Rueda invitó a Enrique Ruelas y a Fernando Wagner a impartir las clases de teatro en la carrera de letras, éstas, junto con las de Rodolfo Usigli fueron el origen de la carrera de Arte Dramático en la UNAM, posteriormente Colegio de Literatura Dramática y Teatro.

En 1944 se presentó en la Facultad de Filosofía y Letras La Locandiera, de Carlo Goldoni; en 1949, Muerto sin sepultura de Jean Paul Sartre; en 1950 El tiempo es sueño de Henry R. Lenormand, La anunciación de María de Paul Claudel y La soga de Patrick Hamilton. En 1950, Ruelas presentó en Bellas Artes El emperador Jones de Eugene O’Neil, montaje que le valió en ese año el primer premio que otorgan los críticos teatrales en México al Mejor Director de Escena, superando a Salvador Novo y a Luis G. Basurto. Este montaje causó una gran impresión en el público, entre otras cosas, porque todos los actores eran de raza negra.

Fundación del Teatro Universitario

En 1952 Antonio Torres Gómez, Rector de la Universidad de Guanajuato, invitó a Ruelas para que fundara la carrera de Arte Dramático. Ese mismo año, con los alumnos de la carrera presentó Arsénico y encaje de Joseph Keserling. Asimismo, el Rector le solicitó que preparar un programa para el año siguiente como parte de la Asamblea Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES). Para esta ocasión, retomó la idea de años atrás de hacer un homenaje a Miguel de Cervantes, con motivo de los 400 años de su nacimiento.

Fue así como nació la idea de un montaje al aire libre y una adaptación de algunos Entremeses: La guarda cuidadosa, El retablo de las maravillas y Los habladores. Ruelas adaptó y entretejió los textos y Armando Olivares Carrillo adaptó un prólogo y epílogo. El nombre original de espectáculo fue Entremeses de Miguel de Cervantes, su mundo imaginario y realidad de su mundo. El escenario natural donde se realizaron fue la Plazuela de San Roque. Así surgió el Teatro Universitario de Guanajuato, agrupación formada por gente del pueblo, estudiantes y profesores y que, a sus más de 70 años, sigue vivo.

Impacto y legado cultural

Los Entremeses cervantinos fueron estrenados el 20 de febrero de 1953. Esto trascendió en el tiempo, sembrando otros proyectos a lo largo de los años, como fue El Festival Internacional Cervantino, el Museo Iconográfico del Quijote y el Coloquio Cervantino Internacional, los dos últimos gracias al auspicio de don Eulalio Ferrer; lo que en 2005 le valdría a la ciudad el título de Capital Cervantina de América por la UNESCO.

Otros montajes del Teatro Universitario fueron Los pasos de Lope de Rueda en 1955, El retablillo jovial de Alejandro Casona en 1958, El caballero de Olmedo en 1962. Con motivo del primer Festival Internacional Cervantino, en 1972, Ruelas dirigió Las estampas del Quijote, de Salvador de Madariaga en la Plazuela de Cata y en 1979 presentó Dos hombres en la mina de Ferenc Herczeg, en el interior de la mina El nopal. Montaje que actualmente se sigue representando.

Compromiso con el arte

Enrique Ruelas viajó semanalmente durante 35 años para cumplir con sus responsabilidades en Guanajuato, demostrando así su compromiso con el arte, mientras que en la UNAM se desempeñó como jefe del Departamento de Actividades Estéticas hasta su fallecimiento el 5 de octubre de 1987 en la Ciudad de México. Sus restos fueron llevados a Guanajuato, la tierra que tanto amó, ahí fue recibido con honores y su espíritu artístico seguirá inspirando a las futuras generaciones. Su vida fue una inspiración en la historia del teatro mexicano.