Te invitamos a explorar los diversos proyectos que han sido parte esencial de la misión de la Fundación Cultural Enrique Ruelas para promover y celebrar las artes escénicas. Cada iniciativa aquí destacada representa un esfuerzo por enriquecer el panorama cultural y teatral, conectando a la comunidad a través del teatro y el arte.
Del Increíble Entierro de Don Quijote de la Mancha
A partir del éxito de las funciones de los Entremeses cervantinos en 1953,
dirigidos por Enrique Ruelas, la ciudad de Guanajuato adoptó una nueva
identidad. El imaginario de Cervantes comenzó a cobrar vida en las calles y entre
la población. Se erigieron monumentos, las posadas, los restaurantes, plazuelas y
callejones tomaron el nombre y la figura de don Quijote y su escudero. Más tarde
inició el Festival Internacional Cervantino y abrió sus puertas el Museo
Iconográfico del Quijote. La tradición cervantina, cuya primera semilla fueron Los
entremeses, echó raíces profundas y dio frutos en la tradición oral, de modo que,
entre los guanajuatenses comenzó a florecer una leyenda que aseguraba que El
Quijote estaba enterrado en Guanajuato.
El 6 de noviembre de 2010 la Fundación decidió hacer tangible esa leyenda. A la
descabellada aventura se sumaron el Municipio de la ciudad de Guanajuato y el
Museo Iconográfico del Quijote. Así, en honor al personaje literario se realizó El
increíble entierro de don Quijote de la Mancha. El sitio elegido fue la base de la
escultura de don Quijote, que en 2005 se colocó en la Plazuela contigua al Templo
de San Diego -donada por don Eulalio Ferrer- para celebrar el nombramiento de la
ciudad como Capital Cervantina de América por la UNESCO.
Todo respondía a un mismo destino, pues el mismo Cervantes lo había profetizado
en voz de don Quijote cuando le hizo decir:
Dichosa edad y siglo dichoso aquel, en que saldrán a la luz las famosas hazañas
mías, dignas de tallarse en bronce, esculpirse en mármol y pintarse en tablas,
para la memoria en lo futuro...
Esas letras de bronce son ahora una escultura enterrada, pero visible a través de
un cristal: un libro abierto que representa uno y todos los libros del Quijote. En él
encontramos la primera página de la novela y su famosísimo íncipit: “En un lugar
de la Macha …” y de cuyas letras emerge su personaje cabalgando a perpetuidad.
En la página contigua reposa la edición Guanajuato de la novela (edición del
Museo Iconográfico del Quijote) y las fechas 1605 y 2010 a manera de nacimiento
y muerte.
Y para que quede constancia en la base de la escultura se lee:
Ha muchos años llegó a Guanajuato el Caballero de la Triste Figura en áurea
cabalgadura y teatral imaginación, tenaz bonhomía y enorme entusiasmo de
Enrique Ruelas, de Eulalio Ferrer y de muchos guanajuatenses.
En la base de su escultura, pero no a manera de sepultura, yace aquí la edición
Guanajuato de don Quijote de la Mancha. Quien afirme que Don Quijote está en
esta tierra enterrado, jamás mentirá.
En la ciudad de Guanajuato, sus pobladores lo enterraron en este lugar como un
colosal y transparente tesoro para gloria de Miguel de Cervantes Saavedra, del
espíritu humano y de la cultura universal.
Enrique Ruelas Barajas
Festivales y congresos: un encuentro con el arte escénico.
Volver a Ruelas
En colaboración con la Universidad de Guanajuato, este proyecto se llevó a cabo en el Colegio del Nivel Medio Superior con el objetivo de recuperar el origen del Teatro Universitario. El enfoque principal fue ofrecer a la juventud un espacio de expresión artística, así como una experiencia humana y estética enriquecedora. Entre las actividades destacadas del proyecto, se incluye el montaje de "Las ocho comedias y ocho entremeses nunca representados" de Cervantes. Este montaje fue realizado con la participación de estudiantes de 11 escuelas en distintos planteles del estado de Guanajuato, promoviendo así la inclusión y el talento teatral juvenil a lo largo del estado.
El coleccionista de nubes
Este montaje multidisciplinario fue realizado en colaboración con el Festival Internacional Cervantino y la Universidad de Guanajuato en 2022, celebrando la edición 50 del FIC. El espectáculo rindió homenaje a Enrique Ruelas y sus contribuciones al teatro, presentando una remembranza del origen del festival a través de los Entremeses cervantinos. La dirección estuvo a cargo de Luis Martín Solís, con libreto de Alejandro Román y coreografías de Érika Torres.